Intervención de Dª Carmen Rejano

Ilustrísimo Sr. Alcalde, Sras. Y Sres. Concejales, Sras y Sres:
Hoy recogemos emocionados en la ciudad que lo vio nacer, el título de Hijo Predilecto que este Ilustre Ayuntamiento y el Pleno de la Corporación conceden por unanimidad a nuestro Padre Juan Rejano.

 Este momento nos llena de orgullo, enorme satisfacción y agradecimiento por ver con tanto honor correspondido el amor que profesó por su tierra.

Su amigo Pablo Neruda sabía que Juan Rejano permaneció toda su vida “lleno de melancolía y de rumores” de sus esencias pontanesas, y que llevaba grabado sobre el alma “cada estrella, cada hoja y cada nido”.

Hoy, y desde la perspectiva de una familia que ha lamentado su ausencia toda una vida, creemos que se sentiría la persona más afortunada del mundo.

El fue un hombre solidario con el esfuerzo y el sufrimiento colectivo, entregado a las causas más nobles de la humanidad.

Trabajador incansable y entusiasta, durante su etapa mexicana fundó y dirigió revistas literarias señeras, suplementos culturales, publicó infinidad de ensayos, dictó cursos de literatura en universidades y pronunció cientos de conferencias.

Su primer libro de poesía fue impreso en México; pero era ya una poesía hecha, definitiva. En el prólogo a este libro Neruda escribe: “Esta poesía no comienza: había un expectante sitio en nuestro idioma para su diamantina estructura”.

A través de sus cartas, supimos que en su vida y en su obra la principal constante fue el amor a su origen, a esta tierra donde en la adolescencia inició su vocación literaria.

Como él mismo decía en un poema de su libro “La Tarde”:

“De niño, en aquel patio, de obstinada blancura, aprendí a conversar con los jazmines, con el agua y la luz. Tuve con ello para andar por el mundo. ¿no es bastante?

Lo que aprendí después, acaso fuera más solemne o más útil. Nada pudo desplazar sin embargo aquel inaprensible tesoro. . .”

Para concluir solamente expresar nuestra sincera gratitud por este merecido reconocimiento. Gracias.