Reseña

Rejano, Juan (Puente Genil, Córdoba, 1903 – México D.F., 1976) Poeta y periodista. Sus primeros pasos los dio en su provincia natal, y en el marco del modernismo. Militante del PCE ya a mediados de los años veinte, época en que hizo su servicio militar en Marruecos, a partir de 1927 residió en Málaga, donde fue bibliotecario de la Sociedad Económica de Amigos del País y trató a Altolaguirre y Prados.

En 1928 pronunció en Los Amigos del Libro de Puente Genil una conferencia, posteriormente publicada en torno a El modernismo en el arte. Durante los primeros años de la República residió en Madrid, donde fue secretario de la editorial Cenit. Encontramos su firma en revistas como Acción, El Estudiante, La Gaceta Literaria, Nueva España y Post-Guerra. En 1931 tradujo, para Ediciones Hoy, Hermano Negro de Madeleine Paz.

En 1932 regresó a Málaga, donde dos años más tarde fue nombrado subdirector de El Popular. Tras la toma de la ciudad por el ejército franquista trasladó su residencia a Valencia, donde fue redactor de Frente Rojo y colaboró en tareas de propaganda republicana.

Tras la contienda pasó por los campos de concentración franceses y por París, exiliándose posteriormente en México, a donde llegó en 1939, a bordo del Sinaia.

Allá publicó varios libros de versos, frecuentemente inspirados en su memoria andaluza –el primero, Memoria en llamas (1942), lo prologó Neruda-, y un estudio sobre García Lorca. Dirigió Romance, fue uno de los animadores de la segunda etapa de Litoral, prologó las Poesías de la guerra española (1941) de Garfias y el único libro de Rivas Panedas, y publicó una monografía sobre su paisano Rodríguez Luna.

Lo retrató Miguel Prieto. Parte de su producción fue de signo propagandístico –Oda española a Dolores Ibarruri, “Canto jubilar a Stalin”, “Himno de paz a Lenin”, Canto a la Unión Soviética”, “Sinfonía del canal Volga-Don”, “En la muerte de Stalin”, y hay que recordar al respecto que llegó a ser miembro del comité central de su partido. Su compañera fue la novelista Luisa Carnés.

Reunió la mayor parte de sus versos, excluidos los más evidentemente estalinistas, en Alas de tierra, Poesía (1943-1973) (México, UNAM, 1975). Entre las necrológicas que se le dedicaron, recordemos la de Francisco Ayala en Informaciones. Aurora de Albornoz prologó su antología La mirada del hombre (Madrid, Casa de Campo, 1979). Litoral le dedicó un número monográfico (Núm. 91-92-93, Málaga, 1980). La única monografía sobre él es la de María Teresa Hernández y Antonio García Berrio, Juan Rejano, poeta del exilio (Salamanca, Universidad, 1977).

Juan Manuel Bonet,
Diccionario de las vanguardias, Madrid, Alianza Editorial, 1999.